Como puede verse en la fotografía de este periódico, el cabezo con la lluvia, al estar “descarnado” se deshace y corre tiñendo el agua de color rojizo.
Este cabezo de la Joya es uno de los muchos y peculiares cabezos de Huelva –antes a la vista y ahora ocupados por la ciudad-, pero no es un cabezo más. Es el cabezo donde se encontraron restos arqueológicos de la civilización tartésica. Se encuentra en pleno centro de Huelva y encierra una información histórica que demuestra que no se puede decir que en Huelva no hay “na”. Los niños lo estudian en los colegios, pero es importante que dispongamos de un espacio donde se explique lo que tiene Huelva de forma fácil y afectiva.
En el cabezo de la Joya, se encontraron objetos dentro de tumbas de personajes poderosos elaborados de los mejores materiales de la época: cobre, bronce, marfil, alabastro, …Esos objetos son ejemplo de la riqueza y poder de quien allí estuvo enterrado, como de las costumbres y creencias por las que se enterraban con objetos valiosos que provenían de lejanas tierras. Tanto aparecen piezas de adorno, como armas, como las que se utilizaban para el ceremonial del enterramiento. Es el caso de un candelabro realizado en bronce para quemar sustancias aromáticas o también como lámpara.